FREETOWN / Los rizos de carreteras y pistas que, como toboganes, descienden entre las colinas de Freetown para ir a caer al mar, han quedado desiertos. Las autoridades prohíben toda circulación el día de elecciones y, mientras la gente llega a los colegios a cuentagotas, sólo algunos kekes (los triciclos cubiertos asiáticos) son los únicos con derecho a transportar a ciudadanos el día que se elige presidente. Rociada de una calma escoltada por militares, la capital de Sierra Leona mira de reojo la tensión con la que se ha llegado a la segunda vuelta.
https://elpais.com/internacional/2018/03/31/actualidad/1522518630_776399.html